Este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria
se celebrará el juicio contra una persona acusada de agredir sexualmente a una joven mientras ella se encontraba dormida y afectada por la ingesta de alcohol.
Según el escrito de la fiscalía, el acusado conoció a la joven y a las amigas de esta cuando estaban de fiesta.
Sobre las tres de la madrugada, se fueron todos a casa de una tercera persona y allí la joven, que había ingerido bastante alcohol, se quedó dormida en el sofá del salón.
El acusado, “con intención de menoscabar la integridad sexual de la misma, aprovechando que estaba dormida y afectada por la ingesta previa de alcohol, le bajó el pantalón y la ropa interior y la penetró vaginalmente”.
La joven despertó al oír los gritos de su amiga, que se había percatado de lo que estaba ocurriendo, entonces, lo golpeó y empujó hasta conseguir apartarle de ella.
La fiscalía considera al acusado autor de un delito de agresión sexual con acceso carnal, merecedor de una pena de ocho años y medio de prisión, prohibición de acercarse y comunicar con la joven durante nueve años, inhabilitación para desempeño que conlleve contacto con menores durante catorce años y medida de seguridad tras la pena de prisión.
Dado que el acusado se encuentra en situación irregular en España, pide el ministerio fiscal que una vez cumplidas las dos terceras partes de la condena, este sea expulsado del país, con prohibición de volver a entrar durante siete años.
En concepto de responsabilidad civil, pide que indemnice a la joven con 8.000 euros, por el trastorno ansioso depresivo que ha sufrido y la secuela de estrés postraumático leve que le ha quedado.
Por su parte, la familia de la joven, que ejerce la acusación particular, eleva la petición de condena a nueve años de cárcel, los mismos que de alejamiento y prohibición de comunicar y catorce de inhabilitación para desempeño con menores. Interesa, asimismo, la expulsión cumplidas dos terceras partes de la condena, con prohibición de volver a entrar durante siete años.
Como indemnización, solicita 20.000 euros por el trastorno sufrido y la secuela resultante.