La delicada situación del Club Balonmano Santoña se puso de manifiesto en la última asamblea general, celebrada este pasado domingo en el Polideportivo Municipal con la presencia, ya en segunda convocatoria, de unos veinticinco socios. Durante el encuentro se dio cuenta del balance económico y deportivo de la última temporada 2019-2020, presentando la dimisión la actual Junta directiva.
La parte económica, que dificulta sobremanera la gestión de la entidad, ha sido el desencadenante de tan difícil decisión, según se explicó durante la asamblea. A pesar de que el club presentó unas cuentas saneadas, quedan pendientes de cobro distintas subvenciones de instituciones representativas y cercanas como el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santoña. Incluso, algunas de estas ayudas se encuentran pendientes de la temporada pasada con cantidades importantes en su monto total. Esta situación ha derivado en el impago de numerosos gastos de sueldos, préstamos, alquileres, obligaciones federativas etc. Desde la Junta Directiva se ha subrayado que las citadas subvenciones están totalmente aprobadas a la espera únicamente de que sean transferidas a las arcas del club, por lo que, en ese momento, cuando se produzcan los pagos, las cuentas del club estarán en positivo liquidando incluso el déficit con el que finalizó la anterior campaña.
Por otra parte, como segundo motivo de la dimisión, se ha dejado constancia de la falta de ayudas, colaboraciones y compromisos en el trabajo de administración interna de la entidad, recayendo toda la responsabilidad en un pequeño grupo de personas, que se ve superado por todo lo que implica gestionar a un equipo sénior y seis formaciones de Escuela, lo que, en pura lógica, necesita de más personal implicado.
En definitiva, estos fueron los motivos esgrimidos por la Directiva, que preside Juan Carlos Antolín, para presentar al completo la renuncia a los cargos, siempre a la espera de que otro equipo directivo tome las riendas de la entidad. Entre tanto la directiva saliente mantiene el compromiso de seguir gestionando temporalmente el club, al objeto de proceder, entre otros cometidos, al cobro de la deuda pendiente para poder afrontar los impagos.
Tras varias intervenciones de distintos socios y aclaraciones por parte de la directiva, el futuro del club queda en el aire a la espera del relevo y que algún grupo de personas tome las riendas de la entidad.
A su vez, a todas las dudas e incertidumbres sobre cómo se van a gestionar las competiciones de la temporada que viene, por motivo del Covid-19, se suma la inmediatez de tener que inscribir al equipo sénior antes del 15 de junio, teniendo que abonar a la federación un total de 5.450€: 3000 de la deuda que se tiene de la temporada 2019/2020 al no haberse podido pagar en su momento por no contar con lo que se nos adeuda a nosotros, incrementándose esta cantidad en 950€ de intereses, a lo cual hay que añadir también los 1500€ correspondientes a la inscripción para la campaña 2020/2021 (todo esto sin saber aun como será la competición). Esta situación hace todavía más latente la necesidad de que entre, cuanto antes, un nuevo grupo gestor que comience a trabajar más pronto que tarde con respecto a la próxima temporada.
Es este un momento crucial para el Club Balonmano Santoña, tremendamente delicado, cuando se requerirá de savia nueva para evitar la desaparición de un club que ha hecho historia en el deporte local tras ascender primero y militar después en la categoría de plata del balonmano español. Toda una gesta que nadie olvida, por lo que cabe esperar el apoyo de todos los santoñeses para salir airosamente de tan complicada situación y que los organismos oficiales asuman sus obligaciones y compromisos y liquiden las subvenciones pendientes. Orgullosos pueden estar los miembros de la directiva saliente de haber conseguido tantos logros deportivos en tan poco tiempo.