El proyecto ‘Prácticas empresariales innovadoras: la Convención de Faro como oportunidad para el sector cultural’ ha desarrollado un proceso de formación, encuentro y experimentación colectiva en torno a los valores que defiende esta convención europea sobre la importancia del patrimonio cultural para la sociedad. La iniciativa ha incluido diversas actividades, dirigidas especialmente a los profesionales del sector cultural y creativo, para divulgar los ‘valores Faro’ -derecho al patrimonio, patrimonio como recurso para la sociedad, participación ciudadana, sostenibilidad y memoria viva- y, al mismo tiempo, explorar su aplicación práctica en nuevos modelos de emprendimiento creativo que contribuyan al desarrollo de políticas culturales más inclusivas y sostenibles.
La propuesta ha sido impulsada por Tanea Arqueología y se ha celebrado entre marzo y julio en los municipios de Tudanca y Santander. Ha contado con la financiación del Ministerio de Cultura, la colaboración de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria y el acompañamiento de La Ortiga Colectiva. El programa ha combinado sesiones formativas, talleres, mesas de trabajo, actividades de visibilización y sesiones de mentorización con el objetivo de fortalecer el papel del patrimonio como recurso para el emprendimiento, la cohesión social y la transformación territorial.
Adoptada en 2005 y ratificada por España en 2018, esta Convención redefine el patrimonio como un derecho cultural colectivo y promueve su gestión desde una perspectiva participativa, inclusiva, social y sostenible.
“El proyecto ha permitido abrir un espacio de reflexión y encuentro entre agentes culturales, ciudadanía e instituciones para generar comunidades patrimoniales y pensar juntos nuevas formas de activar y visibilizar los vínculos con el patrimonio desde los valores de Faro”, afirma Ángel Astorqui, codirector de Tanea Arqueología y coordinador del proyecto. “La respuesta confirma que en Cantabria hay base para impulsar modelos culturales más participativos, sostenibles y conectados con la comunidad”.
Los ‘valores Faro’
Las dos primeras jornadas se celebraron el 27 y 28 de marzo, en la Casona de Tudanca y la Cámara de Comercio de Santander, respectivamente, con la participación de representantes del Ministerio de Cultura, del Gobierno de Cantabria y de diversos proyectos, asociaciones e instituciones culturales de ámbito estatal. Se abordaron los principales retos que plantea la implementación de la Convención de Faro, entre ellos, el impulso de una democracia cultural que garantice los derechos culturales de la ciudadanía, el enfoque comunitario, la inclusión y la sostenibilidad. Las citas incluyeron ponencias, mesas de diálogo y dos talleres colaborativos a cargo de ARAE Patrimonio y Restauración y María Montesino. Además, se presentaron proyectos culturales alineados con los valores Faro, como La Ortiga Colectiva, UNATE, Palmo, La Bardal, Asociación Cantabruri, Red Cambera o Carmen Quijano Studio, con el objetivo de impulsar la creación de una red regional conectada con la red nacional en la que trabaja el Ministerio de Cultura. Esta plataforma, que conecta iniciativas de todo el país, celebrará su próxima reunión en noviembre en La Rioja.
Formación y mentorización para el sector cultural y creativo
El proyecto ha tenido también una dimensión práctica y de acompañamiento directo a agentes culturales, con sesiones online en junio y un bloque presencial en julio. Los días 7 y 8 del pasado mes, tuvo lugar, en el Centro de Iniciativas Empresariales de Santander (CIE), un proceso de mentorización presencial dirigido a cuatro iniciativas culturales. Las mentorías se centraron en los retos de la profesionalización, la viabilidad económica y la sostenibilidad social, económica y medioambiental.
Los proyectos fueron ‘Redera’, impulsado por Miriam Bóo y Nazim Zárate, que trabaja en la creación de un relato sonoro y audiovisual del territorio basado en la escucha, la memoria y la participación comunitaria; Cantabruri, promovido por Rubén San Cristóbal y Raúl Redondo, que combina arqueología experimental, ciencia ciudadana y mediación cultural con la intención de desarrollar un arqueoparque en torno a la cueva de El Pendo; ‘Santatipo’, de Federico Barrera, centrado en la recuperación y valorización del patrimonio gráfico mediante la documentación, restauración y activación comunitaria de rótulos históricos; y ‘Palmo’, una propuesta liderada por Paula Martínez que conecta arte contemporáneo, oficios artesanos y comunidad a través de residencias, encuentros y proyectos colaborativos orientados al diálogo intergeneracional.
Los mentores de esta fase fueron Álvaro Fierro, doctor en Economía Aplicada de la UPV e investigador en Cultumetría S.L.; Mauricio O’Brien, consultor en innovación social y finanzas alternativas y miembro de Nanoma Coop Astur y Eurocrowd; María Montesino, socióloga, investigadora e integrante de La Ortiga Colectiva; y Ángel Astorqui.
El 8 de julio se celebró también un diálogo con Jesús Collado, responsable del Grupo de I+D+i de Inteligencia de Marketing de la Universidad de Cantabria y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, quien aportó una mirada estratégica sobre el valor del patrimonio cultural desde la economía y la innovación.
Impulsar la economía creativa
La tercera jornada del proyecto incluyó un diálogo entre Juan Pastor, experto en creatividad, industrias culturales e innovación y profesor de la Escuela de Organización Industrial (EOI), Adela Sánchez, economista especialista en financiación pública y europea, y Ángel Herrero, catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Cantabria. En este intercambio, los tres expertos ofrecieron a los impulsores de los cuatro proyectos herramientas para mejorar su viabilidad, explorar vías de financiación y fortalecer su posicionamiento estratégico en el ámbito de las industrias culturales y creativas.
El cierre del proyecto tuvo lugar el 22 de julio, en el Centro de Iniciativas Empresariales de Santander, con una masterclass a cargo de Juan Pastor, quien abogó por una mayor conexión entre el ámbito cultural y otros sectores productivos para favorecer enfoques más disruptivos. Recalcó que “el impulso de la economía creativa beneficia al tejido cultural y también repercute de forma positiva en el conjunto del desarrollo económico. La jornada incluyó además la presentación pública de los proyectos mentorizados y un espacio de diálogo con agentes económicos y representantes institucionales.
Participaron, entre otros, Chabela Gómez-Barreda, concejala de Empleo, Emprendimiento y Desarrollo Empresarial del Ayuntamiento de Santander, Enrique Conde, presidente de CEOE Cantabria, Adela Sánchez, Juan Pastor, Ángel Herrero, Ángel Astorqui, María Montesino, Carmen Quijano (Carmen Quijano Studio), Noelia Fernández (Escena Miriñaque) e Inés Herreros (Grupo Deluz).
El evento supuso un espacio de valoración pública de los proyectos y una oportunidad para reforzar los vínculos entre patrimonio, emprendimiento y desarrollo territorial en Cantabria.
La sesión de clausura concluyó con la visita a la exposición ‘Bajo a hacer un recao. Ahora vuelvo. Memoria de lo cotidiano.’, una muestra comisariada por Federico Barrera, en el Casino de Santander, con el objetivo de reivindicar el valor del patrimonio gráfico popular frente a la homogeneización de las ciudades